sábado, 19 de noviembre de 2011

...Ya en la tienda con las prendas en la mano y preocupada por una par de kilos que cogió en verano, entra en el probador y no le entra la nueva talla 36 que siempre le valió, se unde, su ego no hay quien lo cure, y no tiene a la amiga cerca para que la ayude. Sale de la tienda con las manos vacías, vuelve a casa entra llorando, en casa se mira en el espejo no puede creer lo que observa en el espejo, no acepta consejos de su madre dice que esta perfectamente, pero ella solo tiene una cosa en mente "estoy gorda estos kilos me los quito". Esa noche no cenó, dice que no tiene apetito, su madre no le da importancia no, sabe que su hija hace mucho que abandono la infancia, cree que son solo chiquilladas, nada le hace sospechar que lleva días sin comer nada. Entra en un circulo vicioso del que no logra salir, volverse como ella quiere merece la pena sufrir. Lleva varios días, no logra entender, porque se siente culpable al comer. Jura que no lo volverá a hacer, al parecer su única salida es devolver.
Abre el grifo, para que su madre no escuche el ruido que hace al ponerse de rodillas frente al váter. Cuando los dedos tocan el paladar, las uñas rozan con su campanilla...
Sigue sin albergar dentro nada, solo bilis que moja sus dedos después de provocar la arcada. Pasan los días, sus 28 kilos dejan ver, no tiene fuerzas no se puede ni mover. Sin ganas de vivir, sin ganas de luchar,  no le quedan fuerzas... 



Esta canción me anima a seguir adelante con Mia.
Creo que es la única canción que describe exactamente lo que hago... "
Abre el grifo, para que su madre no escuche el ruido que hace al ponerse de rodillas frente al váter." ... 


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